Rosquillas "con truco"

     Como es tradición en mi casa, todos los años, unos días antes de Semana Santa tenemos que hacer rosquillas. Y ya puestas en faena, además de la receta que siempre preparamos, también acabamo haciendo alguna nueva que nos llega de algún conocido o que nos guste a través de Internet.

     El problema de las rosquillas caseras es que, la mayoría, acaba endurenciendose a los pocos días. Para ello hay que conservarlas en un recipiente tapado o en bolsitas donde no les esté dando el aire.

     Pero... ¿qué más podemos pedir? El sabor de las rosquillas caseras no lo he encontrado aún en ninguna de las industriales que he probado. Y sí se ponen duras antes ... pues las mojamos en la leche y están riquísimas.

     Pero hoy además de otra receta de rosquillas, os traigo un pequeño truco con el que las rosquillas os aguantarán blanditas algo más de tiempo.

    (40 rosquillas)

6 huevos
12 cucharadas de aceite ya frito
12 cucharadas de azúcar
9 cucharadas de anís
6 papelillos dobles de gaseosa
1 kg. de harina
la ralladura de dos limones
1 sobre de levadura
Aceite de girasol para freir
3 ó 4 naranjas

     En primer lugar, batiremos los huevos con el azúcar. Después añadiremos el aceite, el anís y la ralladura de piel de dos limones. Batiremos de nuevo.
     Por otro lado, mezclaremos la harina, con los seis papelillos y el sobre de levadura. Después lo tamizaremos y lo iremos añadiendo a la mezcla de ingredientes líquidos. Como la masa se irá espesando a medida que vayamos mezclando podremos ayudarnos de una batidora-amasadora y finamente terminaremos con las manos.
     Una vez hayamos amasado bien, dejaremos reposar la masa cubierta con un paño en lugar templado y como mínimo una hora.
      Transcurrido ese tiempo veremos como la masa ha ganado en volumen.
     Para formar estar rosquillas cogeremos un trozo de masa y formaremos una especie de churro alargado del que uniremos sus dos extremos.
     Mientras vamos formando las rosquillas pondremos una sartén grande con abundante aceite de girasol a calentar. El aceite debe estar muy caliente y las rosquillas las iremos friendo de pocas en pocas para que no baje su temperatura.
     Primero las freiremos de un lado y después de otro. Cuando estén doraditas por ambos lados las sacaremos de la sartén y las iremos colocando sobre papel absorbente.
     Exprimiremos las naranjas, haciendo así un zumo por donde iremos pasando las rosquillas para humedecerlas.
     Tras pasar por el zumo de naranja las iremos rebozando con azúcar.

     Y éste es el truco: el hecho de pasarlas por el zumo de naranja y humedecerlas hace que la rosquilla esté comestible unos días más. Además de eso, le da un sabor muy rico.