Judías blancas

     Aprovechando que ya está instalado el otoño, con su bajada de temperaturas y sus lluvias, va apeteciendo preparar platos de cuchara. Platos calientes que nos reconfortan a la hora de comer y que nos aportan lo necesario para seguir con fuerza el resto del día.

     En este caso se trata de una receta de legumbres, judías blancas o alubias blancas, elaboradas de la forma más tradicional. Así se preparan en mi casa. Y, seguro que, de forma muy parecida, aunque con ligeros matices, en el resto de casas españolas. Y es que, las alubias blancas es un plato muy nuestro.

- 500 gr. de judías blancas (en este caso he utilizado judiones grandes como los de El Barco, Ávila)
- 2 choricitos frescos (tamaño pequeño)
- 150 gr. de panceta troceada
- 1 cabeza de ajos
- 1 cebolla
- Aceite de Oliva Virgen Extra
- 3 o 4 granos de pimienta negra
- 1 cucharadita pequeña de pimentón dulce
- 1 cucharadita pequeña de harina
- 2 hojas de laurel
- Sal

    Debemos poner las judías en remojo un día antes del que tengamos previsto cocinarlas.

    

     Al día siguiente, las pondremos a cocer en una cacerola junto con la cabeza de ajos ( de la que habremos reservado un par de ajos para después), los chorizos, la panceta, unos granos de pimienta negra, las dos hojas de laurel y sal. La medida de agua será la necesaria hasta cubrirlas.

     A las judías habremos de "asustarlas" tres veces para que no se les vaya la piel. Con "asustarlas" me refiero a que hay que ponerlas a cocer y cuando el agua comience a hervir añadiremos agua fría hasta parar la cocción (medio vaso de agua aproximadamente cada vez). Así, cada vez que veamos que el agua comienza a hervir, volveremos a añadir agua fría, hasta completas las tres veces. 

     Después, dejaremos que se cocinen con normalidad hasta que veamos que están listas.

     Aparte, en una sartén pondremos aceite a calentar y freiremos un par de ajos (los que habíamos retirado de la cabeza de ajos) y una cebolla bien picadita. Cuando la cebolla esté bien frita  añadiremos la cucharadita de harina e inmediatamente retiraremos la sartén del fuego y añadiremos la cucharadita de pimentón dulce y removeremos bien. Esta parte se hace con la sartén fuera del fuego porque el pimentón se quema con facilidad. La harina nos ayuda a que el caldo de las judías tome consistencia y no sea demasiado líquido.

     Verteremos lo que hemos frito en la sartén a la cacerola y de nuevo pondremos a cocer las judías durante unos 15 minutos más. Y pasado ese tiempo, nuestras judías estarán listas.

     Yo creo que no deberíamos privarnos de un plato tan rico como éste, sobre todo teniendo en cuenta lo sencillo que es cocinarlo.

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