Solomillo con verduras al horno y salsa de queso a la pimienta

 

      Recetas como ésta, por el mero hecho de lo sencillas que son , lo ricas que están y la buena presentación que se les puede dar, merece la pena tener a mano. En este caso, el ingrediente principal no puede ser mejor: Solomillo ibérico. De ahí que los ingredientes que le acompañen no necesiten ser muy rebuscados: unas verduras y una salsa de queso (para la que sólo vamos a necesitar queso y leche).

- 1 solomillo de cerdo ibérico
- 2 pimientos verdes (Pueden ser rojos también)
- 1 cebolla
- 1 ajo
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimienta negra molida
- Sal

*Para la salsa:
- 60 gr. de queso de cabra
- 1 vaso de leche
- 1 cucharada de postre de harina (opcional)
- Pimienta negra molida
- Sal

Ponemos el horno a 180ºC para que se vaya calentando.
Lavamos los pimientos, les quitamos los pendúnculos y las semillas de dentro, y los cortamos de la forma que más nos guste, pero en trozos pequeños.
Picamos la cebolla y los ajos.
Ponemos las verduras en un bol y añadimos una cucharada de aceite de oliva y sal. Lo mezclamos todo bien y lo vertemos sobre la bandeja del horno (os recomiendo forrarla antes)
Mientras que se cocinan las verduras, salpimentaremos el solomillo. Para ello, le pondremos sal y pimienta al solomillo. Os recomiendo que no os paséis con la pimienta ya que no queremos  que pique demasiado, aunque esto es cuestión de gustos.

En una sartén con una base de aceite bien caliente sellaremos el solomillo, de forma que se haga por fuera lo más rápido posible sin que los jugos de dentro salga afuera. Una vez sellado por todos lados, lo sacaremos de la sartén y lo pasaremos al horno, poniéndolo justo encima de las verduras.
El tiempo aproximado de horneado de un solomillo es de 18 o 20 minutos a una temperatura de 180 ºC.

Durante el horneado del solomillo podemos aprovechar para preparar la salsa. Calentaremos la leche en un cazo y cuando ésta comience a hervir le pondremos el queso rallado por encima, una pizca de pimienta negra y una pizca de sal. Removiendo de vez en cuando, y con la salsa a fuego medio, el queso se derretirá en la leche y tendremos que cocinarla hasta que quede una salsa reducida. Para acelerar el proceso, podéis desleír una cucharada de harina en un poquito de leche y después añadirlo a la salsa. Volver a remover para que no queden grumos. Para darle el toque final os recomiendo probarla y ver si está bien de sal o necesita más. Lo mismo en el caso de la pimienta.

El solomillo es una carne muy agradecida y en cuestión de salsas le van bien casi todas. Con esta de queso a la pimienta os encantará. A la hora de servir el plato, cortarlo en rodajas de unos 3 o 4 cm de grosor y ponedlas sobre una cama de verduritas de las que hemos asado en el horno. Como toque final un poco de salsa por encima de la carne.