Gelatina de yogur con sirope de ágave

     Hacia tiempo que no me daba por preparar postres bajos en calorías, de los que nos podemos tomar una buena ración sin demasiado cargo de conciencia. En este caso la receta es fruto del experimento: unos yogures que tenía en la nevera dando vueltas desde hace unos días, unas hojas de gelatina y, para sustituir el azúcar, he utilizado sirope de ágave.

     Estoy muy contenta con el resultado obtenido porque he descubierto un pastel fresco muy rico y ligero, eso sí, su sabor es muy suave por lo que os recomiendo tomarlo con alguna mermelada, fruta, o crema de repostería.

 

Ingredientes:

- 375 ml. de yogur desnatado edulcorado (o lo que es lo mismo, 3 yogures). Para los que no necesitéis hacerlo tan ligero, podéis utilizar yogures griegos que estoy segura lo hacen mucho más bueno aún.
- 12 hojas de gelatina neutra y sin azúcar
- 400 ml de agua
- 4 cucharadas soperas de Sirope de Ágave Sunny Via.

     Pondremos las hojas de gelatina en un bol con agua fría para que se vayan ablandando y mientras tanto pondremos los 400 ml de agua a hervir.
     Añadiremos al agua que estamos calentando las 4 cucharadas de sirope de ágave y removeremos para que el sirope se diluya bien.

     Cuando el agua comience a hervir lo retiraremos y diluiremos en él las hojas de gelatina (las habremos escurrido previamente el agua con el que las hemos ablandado) Seguiremos removiendo para que la gelatina se disuelva en el agua.
     Batiremos los yogures en un bol y los añadiremos al agua, sin dejar de remover (y ya retirado del fuego), hasta que el yogur se integre perfectamente con el agua. Si veis que os quedan grumos, podéis utilizar la batidora.

     El molde que vayamos a utilizar lo engrasaremos con aceite de girasol levemente, para que al desmoldarlo nos sea más fácil y no se nos quede pegada alguna parte del pastel.
     Vertemos la gelatina de yogur en el molde, taparemos con papel de aluminio y lo llevaremos a la nevera durante 12 horas.
     Una vez ha cuajado la gelatina, sólo nos queda desmoldar, para lo que os recomiendo saquéis el molde media hora antes de la nevera.
 
     En este caso yo he decidido acompañarlo de una mermelada de naranja y unas frambuesas. Pero las combinaciones son infinitas y dependiendo del gusto de cada uno.