Ésta que os escribe se derrite... Pero, ¿qué os voy a contar a vosotros? Es lo que tiene el verano aquí: ¡Calor, mucho calor!
Así que, no queda más remedio que recurrir a los platos fríos, las bebidas frías y a los helados.
Y como los helados son tan sencillos de preparar con la heladera, ¡vamos a darle uso ahora! Que pasados estos meses de calor, la pobre se queda atrincherada en un estante hasta el siguiente año, salvo alguna excepción.