Si has probado la panna cotta, sabrás que se trata de un postre lácteo, muy suave, cuya textura está a medio camino entre el flan y la gelatina. Su origen es italiano y si traducimos su nombre encontraremos la base de la receta: nata cocida, que es lo que realmente es.
Y, si no la has probado, ¿a qué estás esperando? ¡Te va a encantar!
Este invierno pasado no hemos tenido días lo suficientemente fríos para hacer honor a éste chulísimo molde en forma de iglú de Silikomart que os presento, y es que el invierno, prácticamente, ha brillado por su ausencia. Pero me viene genial para utilizarlo en postres frescos como éste que os presento. ¡Y, bien blanco! ¡Como si de auténticos iglús se tratasen!
Un poco de azúcar glas por encima de los iglús crea un efecto de nieve muy logrado. ¡Son tan bonitos!
- 500 gr. de nata
- 150 gr. de azúcar
- 125 gr. de chocolate blanco
- 12 gr. de gelatina neutra o 8 láminas de gelatina
- 60 gr. de agua
Podéis decorarlas con: onzas de chocolate, chocolate puro en polvo, azúcar glas, frutos rojos, hojas de menta, miel, alguna mermelada,...
Pondremos la nata en una cacerola al fuego, con el fin de que llegue a ebullición. Como éste proceso nos llevará unos minutos, aprovecharemos para disolver la gelatina en los 60 gr. de agua caliente. Por otro lado, fundiremos el chocolate, bien al baño maría o en el microondas (en este caso, lo haremos a potencia máxima y a intervalos de 20 segundos, entre los cuales removeremos el chocolate. Y, así, hasta que esté fundido)
Cuando la nata comience a hervir la retiraremos del fuego y, con la ayuda de una batidora de varillas, incorporaremos la gelatina, el chocolate y el azúcar.
Cuando esté bien mezclado, verteremos la mezcla en los moldes, los cubriremos con papel film y lo introduciremos en la nevera durante 6 horas como mínimo.
Este postre se cuaja en frío.
Esta receta es muy sencilla. Y es mucho más sencilla si utilizáis el preparado para panna cottas que la misma marca Silikomart nos ofrece. Sólo tendréis que llevar un litro de leche a ebullición y disolver el preparado en ella. Por último, dejarla cuajar en la nevera.
¿Queréis ver otras recetas donde la nata sea protagonista? Así, nada más pensar en nata, se me ocurre unas deliciosas fresas con nata, ¡no os perdáis cómo las preparo!
Tampoco dejéis de echarle un vistazo a esta Tarta Royal con fresas y nata, cuya forma de presentación os va a sorprender.
Y, para terminar, un bizcocho de nata que no lleva huevo. ¡Súper esponjoso!
É uma sobremesa tão simples de preparar e que fica uma delicia
ResponderEliminarCom chocolate branco nunca fiz mas tenho a certeza que ia gostar.
Muy rica la panna cotta y más aún si entra por la vista con estos moldes tan chulísimos.
ResponderEliminarUn saludo de las chicas de Cocinando con las chachas.
Chulísimos esos moldecitos, de esa forma aun se comen de mejor gana, deliciosa de chocolate blanco... bsss
ResponderEliminarMe encantan Chus, la panna cotta es un postre muy rico y con la forma que les has dado con esos moldes te ha quedado super vistosa.
ResponderEliminarBesines
Que chulos los moldes!! y que apropiado el postre donde los has utilizado, quedan ideales!! y ademas riquisima esta panna cotta. Bs.
ResponderEliminar¡Qué rico y qué bonito Chus! He comido pannacotta de chocolate blanco y he de decir que está de muerte. Eso sí, la mía venía en vaso y no en forma de iglú, cosa que me parece una presentación de lo más cuca y original :)
ResponderEliminar¡Feliz fin de semana guapa!