Tarta de crema de queso y fresas

  ¡Sabía que no se iba a hacer esperar! ¡Te lo dije Carolina!
     Hace unos días, Carolina del blog Tomillo, laurel y otras cosas de comer publicó una maravillosa tarta de fresas y nata que me encantó nada más verla y aprovechando el cumpleaños de mi madre me dispuse a hacerla.


     Tengo que deciros que el resultado de la tarta de Carolina es espectacular y en nada se parece al mío. De hecho, como las prisas no son buenas y yo lo hice todo en una mañana, la crema a mí no me quedó montada como a ella, pero aún así la tarta es una delicia para el paladar.

     Es una tarta dulce, pero para nada empalagosa. Y la crema que lleva por encima contrarresta muy bien la acidez de las fresas.
     Os recomiendo que le echéis un vistazo a la explicación de Carolina porque tiene un paso a paso buenísimo, donde no os quedará ninguna duda sobre el montaje de la tarta y además os explica la técnica para hacer un efecto cesta con la manga pastelera. Aquí os dejo el enlace directo a su receta Tarta cesta de fresas.

Para el bizcocho:
    
Como se trata de un bizcocho fino como el de un brazo gitano yo utilicé la receta del bizcocho del tronco de navidad. Sólo que, en esta ocasión, le puse el doble de cantidad de todos los ingredientes:

- 200 gr. de harina
- 6 huevos
- 4 yemas
- 200 gr. de azúcar
- unas gotitas de aroma de vainilla

Con estas cantidades sólo me alcanzó para hacer un único piso a la tarta. Si veis la explicación de Carolina, ella le puso dos pisos a la tarta. En caso de queráis hacer dos pisos a la tarta, tendréis que elaborar dos bizcochos con estas cantidades.

Para la crema:

En este caso seguí al pie de la letra la receta de Carolina.

- 250 gr. de queso mascarpone
- 300 gr. de queso de untar tipo Philadelphia (lo suelen vender también light pero no os lo recomiendo para estas recetas porque al tener menos grasa, su consistencia será más líquida)
- 500 ml. de nata para montar.
- Una cucharadita pequeña de vainilla líquida.
- 175 gr. de azúcar glass

Para el relleno de la tarta y decoración:

- 1 bote de mermelada de fresa
- 500 gr. de fresones
- Una hoja de gelatina
- 2 cucharadas de agua

     En primer lugar prepararemos los bizcochos.
     Pondremos nuestro horno a calentar a 170 ºC. Mientras tanto, en un bol y con la ayuda de una batidora de varillas eléctricas,  mezclaremos los huevos y las yemas, el azúcar y la vainilla. Batiremos hasta que los huevos aumenten su volumen.
     Seguidamente añadiremos la harina tamizada y seguiremos mezclando.
     En una fuente rectangular (apta para horno) o incluso en la propia bandeja del horno forrada con papel vegetal (así es como lo hago yo) echaremos la masa y la extenderemos. Lo coceremos en el horno durante unos 15 minutos aproximadamente.    
     De todas formas, es conveniente que lo vigileis porque cuando el bizcocho empieza a dorarse por encima es señal de que está listo. Con un palillo podéis pinchar en el centro y si sale limpio es que está listo.
     Tendremos un paño húmedo a mano (por supuesto, debe estar limpio) sobre el que desmoldaremos la plancha de bizcocho, retirando el papel de hornear.
      Con la ayuda del paño enrollaremos el bizcocho y dejaremos que se enfríe.
      En caso de queráis hacer dos pisos, debéis seguir el mismo procedimiento en ambos casos.

     Para la crema pondremos los quesos, el azúcar y la vainilla en un bol. Los batiremos con la batidora de cuchillas.
     Por otro lado, con la batidora de varillas montaremos la nata que, para asegurarnos que para asegurarnos que monta bien, deberá estar muy fría.
     Una vez montada la nata la añadiremos a la crema de quesos y lo mezclaremos con una espátula realizando movimientos envolventes.
     Lo ideal, y así lo recomienda Carolina, es que tengamos la crema unas horas en la nevera. En mi caso ya os he dicho que no contaba con ese tiempo y es por eso que la crema no me quedó muy montada.

     Una vez esté nuestro bizcocho bien frío lo desenrollaremos y lo untaremos con la mermelada. Lo cortaremos en tiras longitudinales de unos 2 o 3 centímetros. Y empezaremos a enrollar las tiras sobre sí mismas. Unas seguidas de las otras, hasta acabar con todo y hasta que hayamos formado la base de nuestra tarta en espiral.

     Si habéis decidido hacer la de dos pisos, tendréis que extender una capa de la crema de queso por encima y cubrir con otra capa que habréis de hacer en espiral de la misma forma que la anterior.
     En mi caso, como sólo hice un piso, la cubrí directamente con la crema de queso.    
     Para adornar, fui colocando las fresas por los laterales y por la superficie.
     Para dar un aspecto más brillante a las fresas utilizaremos la gelatina. Para ello habrá que sumergir la hoja de gelatina en agua fría durante unos minutos. Después calentaremos dos cucharadas de agua en el microondas y en ese agua disolveremos la hoja de gelatina. Con la ayuda de una brocha de cocina habrá que ir barnizando las fresas.

     Y aquí tenéis la foto del corte...

     ¿Qué os parecido la tarta? ¿Os animáis a prepararla? Aprovechad la temporada de fresas que ya sabéis que no dura mucho.